MANÍAS, PÁNICOS Y CRACS, EL MODELO DE MISNKY




Esta es la entrada del blog correspondiente a las aportaciones que se presentan en Manías, pánicos y cracs debido a que son muchas las circunstancias que se repiten a lo largo de las diversas crisis que han tenido lugar a lo largo de la historia. De esta manera, se procederá a mencionar las distintas claves que aparecen durante una crisis financiera. Por una parte, las relacionadas con la crisis financiera tipo propuesta por Minsky, y por otra parte, las relacionadas con el libro.

En primer lugar, Kindleberger hace referencia a la existencia de un impacto exógeno que es el que origina una agitación en la actividad económica en un determinado país o en varios de ellos. A partir de este suceso, que bien podría ser el inicio o el fin de una guerra, un cambio en la política monetaria, o la repercusión de algún hecho excepcional, se suele generar un ambiente de expansión económica que será el inicio de un período de optimismo que más adelante llevará a la manía.

Para continuar, es importante entender un concepto que se propone en el modelo de Minsky y que es vital para comprender una de las causas principales de estas situaciones. En este caso, se habla de los cambios procíclicos en la oferta de crédito. Es decir, en épocas de bonanza económica se produce un aumento en la oferta del crédito, en ocasiones desmedido, mientras que en épocas en las que la economía no se encuentra en su mejor momento o en algún momento de recesión, la oferta de crédito disminuye considerablemente. Así, cuando se produce una expansión en la oferta de crédito es el momento que aprovechan los inversores para pedir préstamos y poder acometer inversiones y comprar bienes raíces y acciones. Es entonces, cuando se genera un ambiente de optimismo importante y los bancos conceden préstamos más arriesgados confiando en que se los devolverán, ya que la economía está en auge y los inversores con la rentabilidad de esos préstamos no tendrán problemas en devolverlos.

En este momento, la clave es la confianza. Al generarse todo este movimiento en la economía, casi siempre hay dos activos que son los objetos de la especulación: los bienes raíces y las acciones. Es muy habitual que los mercados inmobiliarios y los mercados de las acciones sean los que sufran un aumento desmesurado en los valores de sus activos. De esta manera, los especuladores compran acciones y bienes raíces para obtener rentabilidad a partir del aumento del precio que sufran y no para obtener rendimiento mediante la explotación de ellos.

Por consiguiente, llegamos a un momento muy importante de la crisis: la manía. En este caso, los especuladores compran y venden rápido antes de que el precio comience a decaer. Es decir, todos los inversores aprovechan este momento para comprar estos activos y no quedarse atrás respecto a los demás. A partir de esta situación, llega un momento en el que los activos alcanzan un valor que realmente no valen y muy por encima de sus prestaciones, y esto no lo sostiene el mercado, que llega a un momento en el que todos los especuladores quieren conseguir liquidez.

Por último, se genera la desconfianza, el pánico. Todos los especuladores empiezan a vender sus bienes porque ven que no van a poder hacer frente al pago de los préstamos que deben. Entonces, se produce una caída en picado de los precios y se llega al momento álgido de la crisis, que es el crac.

Vicente López García

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